"This isn't freedom, this is fear."
Los esfuerzos de Marvel Studios por tener la supremacía
en el ámbito superheróico continúan a
todo vapor, con la llamada Fase 2 pasando
a su segunda mitad. Digo, cualquier seguidor del cine y de los comics sabe como
funciona esta dinámica; todo comenzó cuando Marvel
Comics (ya como su propia casa productora cinematográfica Marvel Studios) lanzó a las pantallas Iron
Man (Iron Man: El Hombre de
Hierro, 2008) hace ya algunos años, como punta de lanza de un ambicioso
proyecto crossover que crearía un universo compartido de películas de
superhéroes que culminarían en el super
blockbuster y fantasía geek conocido
como The
Avengers en el 2012, en aquel momento una distante posibilidad. Sobra decir
que el plan funcionó y ha sido todo un éxito, dándole sus propias películas a
héroes de menor perfil y rentabilidad, convirtiéndolos
en rockstars como lo son Captain America, Thor, y hasta el mismo Iron
Man. Marvel utilizó los derechos cinematográficos
de superhéroes que aún no vendían a otras productoras, como hicieron con Spider-Man y los X-Men (propiedades de Sony
y Fox, respectivamente) y de manera
sorprendente creó lo que ahora todos conocemos como el Marvel Cinematic Universe, que consta ya de 9 costosas películas
lanzadas hasta la fecha, y hasta se ha expandido a la televisión con la serie llamada
Agents
of S.H.I.E.L.D. La Fase 1 de esta
conquista culminó en el 2012, y
mientras nos acercamos al final de la Fase
2 con Avengers: Age of Ultron en el 2015, Marvel Studios ya ha lanzado tres películas incluyendo Iron
Man 3, la más decepcionante de todo el roster y Thor: The Dark World (Thor: Un Mundo Oscuro, 2013) que ésta
última aunque no fue mala, me gustó menos que la primera parte. Así llegamos a
la película en cuestión, Captain America: The Winter Soldier
(Capitán América y el Soldado del
Invierno, 2014) la segunda aventura del superhéroe más patriótico de todos.
Creo que me es claro a mi mismo,
que mientras la primera parte, Captain America: The First Avenger (Capitán América: El Primer Vengador,
2011) me pareció divertida y bien hecha, ha sido la que menos me gustó de la primera oleada de nuevas aventuras de Marvel. Reemplazando al director Joe Johnston para ésta secuela, con la
interesante elección de los hermanos Anthony
y Joe Russo, Marvel ha creado la
mejor parte de la Fase 3 hasta ahora
y una de las películas de superhéroes más interesantes de tiempos recientes.
Con un guión de Christopher Markus y Stephen McFeely, y una sólida dirección
de los Russo, la película mueve hacia
adelante de manera considerable el arco
narrativo general del Marvel
Cinematic Universe y es la película de superhéroes más sobria desde la
primera entrega de Iron Man o la
trilogía de Batman de Christopher Nolan, la mayor arma de DC, el eterno némesis de Marvel.
El filme encuentra al Capitán Steve Rogers (Chris Evans) adaptándose
al mundo moderno después de haber sido descongelado después de varias décadas,
para los eventos de The Avengers. Rogers es el agente más preciado del órgano
pacificador del gobierno estadounidense, S.H.I.E.L.D.
donde trabaja al lado de la agente Natasha
Romanoff (Scarlett Johansson) en misiones súper secretas bajo la
dirección de Nick Fury (Samuel
L. Jackson). Rogers, siempre
comprometido con la libertad y la transparencia, tiene dudas acerca de un
proyecto secreto liderado por Alexander
Pierce (Robert Redford), un alto miembro del Consejo de Seguridad Mundial. Al mismo tiempo que se enfrenta con
un peligroso asesino soviético conocido solamente como The Winter Soldier, Rogers
empieza a destejer una conspiración a nivel global que se remonta a muchos años
atrás.
Wow. Nunca pensé que la película tuviera el enfoque que tiene. Me
sorprendió de la mejor de las maneras. Se pregonó mucho que Captain America: The Winter Soldier es
un thriller político con tintes de
superhéroe, y no puedo coincidir más con eso; la película tiene elementos de
una novela de Tom Clancy mezclados
con sólida acción y el toque Marvel
que la hace, pues, una película de superhéroes. La trama desecha en su gran
mayoría cualquier aspecto sobrenatural explorado en películas pasadas, y se
convierte en un interesante comentario geopolítico
acerca de seguridad nacional y lo que realmente significa el concepto de libertad; con esto no quiero decir que
la película maneja sus temas de manera ultra
seria y hasta propagandística,
como lo hace, por ejemplo, The Dark Knight (Batman: El Caballero de la Noche, 2008).
Es difícil discutir esto más a fondo sin develar interesantes giros en la
trama, pero digamos que me gustó mucho como Captain
America: The Winter Soldier hace reverencia a su predecesora y a sus películas hermanas de diferentes
maneras logra actualizar elementos, tal vez fuera de tiempo, (la primera película está ambientada en la década de los 40s) a la época actual con éxito. Así mismo, esta película es la que conecta con lo que viene de manera más directa soltando varias referencias
interesantes que los fans y no tan fans entenderán, además de que no
estropeo nada diciendo que una de las escenas post créditos es un puente directo a Avengers: Age of Ultron.
Los hermanos Russo son una peculiar elección para directores, como lo fue en su
tiempo Jon Favreau o incluso Kenneth Branagh para dirigir este tipo de proyectos, pero todos han mostrado ser una pieza clave en el enfoque y calidad
de estas películas. Los Russo, con
sólo créditos de comedia en su cinturón consiguen un tono correcto para la
película, con momentos cómicos sin desbordar en el slapstick y las bromas incesantes de Iron Man 3 manejando también la intriga política y el drama con seriedad. Pasando a aspectos más
prácticos, de las cosas que más admiré de Captain
America: The Winter Soldier fue, a riesgo de sonar hueco, la acción. Despojada en la mayor manera
posible de CGI y grandes efectos
especiales; los tiroteos son intensos, las explosiones reales, las persecuciones
veloces y el combate cuerpo a cuerpo es brutal.
La acción no se ve mermada por ningún tipo de shaky cam o algún truco visual para darle estilo, así se siente old
school y efectiva. Todo esto tiene el soporte de actuaciones muy competentes,
comenzando por Chris Evans que una
vez más encarna al norteamericano bonachón
de manera correcta, el Capitán es un
héroe a la antigua y Evans lo vende
bien. Scarlett Johansson hace el
chiste de dulce y mortal de nuevo;
efectivo como siempre, al mismo tiempo que el otro héroe de reparto,
interpretado por Anthony Mackie
cumple con los momentos cómicos y con patear
traseros. Samuel L. Jackson es un
Nick Fury un poco más misterioso, más
conspirador, más interesante. No seré el más grande fan de Robert Redford pero creo que el papel aquí fue a la medida, y Sebastan Stan fue un villano amenazador,
una especie de Anti Capitán América.
Regresemos al punto de que Captain America: The Winter Soldier es
una película palomera pues, pero una
muy buena, con un balance correcto entre las diferentes emociones que maneja en
su historia y de manera admirable no cae en el jingoísmo marca-Michael-Bay en el que muchas películas
caen, y en el que ésta sin duda fácilmente podía caer. Lo mejor de la Fase 2 de Marvel hasta ahora; una película que le agrega emoción a este gran
proyecto del Marvel Cinematic Universe
y me hace ver como es posible darles enfoques no tan esperados a estas aventuras,
mientras que aún se mantiene la identidad de un blockbuster de superhéroes. Keep
‘em coming.
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