17 de abril de 2017

Cinema Review - The Fate of the Furious (2017)

Tuve la oportunidad de echarle un vistazo a la más reciente entrada en la franquicia de Fast & Furious, la octava entrega en esta serie de acción aparentemente sinfín, cada película más inflada, más absurda que la anterior. En su natal Estados Unidos, esta película fue bautizada con el ridículo título The Fate of the Furious traducido al español, algo así como: El Destino de los Furiosos, se agradece que en México y en el resto del mercado internacional, la película se lanzó con el muchísimo más simple y merecedor Rápidos y Furiosos 8.
La saga que inició en el año 2001 como una película que se gestó como una modesta apuesta que se esperaba generara una ganancia saludable, se convirtió en un éxito taquillero global y fenómeno cultural; catapultando a la fama instantánea a sus entonces desconocidos protagonistas, la dúpla Vin Diesel/Paul Walker. Estamos en el 2017 y la franquicia cinematográfica de Fast & Furious ha experimentado una metamorfosis interesante; de iniciar como un no tan sutil plagio a Point Break usando la cultura street racer de fondo; después de la tercera entrada, cada película se fue transformando y adaptando diferentes temáticas cada vez más ambiciosas y fuera de tono a su concepto original, desde robos imposibles, espionajes, hasta básicamente… salvar al mundo, todo claro está, involucrando automóviles veloces. Lo interesante es que de alguna manera, la saga de Fast & Furious logró hacer esta transición de manera exitosa. A través de los años, han producido de manera regular grandes y divertidos espectáculos, cada vez abarrotando sus historias con más y más  personajes, caras ya conocidas y otras nuevas, interpretadas por actores establecidos tanto como por talentos emergentes.

Las películas de Fast & Furious han encontrado un ritmo saludable para mantenerse frescas y entretenidas, incluso han intentado convertirse en su propio universo cinematográfico estableciendo cierto tipo de continuidad al mismo tiempo que juegan con ella y la doblan a su conveniencia. Entonces, The Fate of the Furious, ¿De qué trata?
En el 2015, Furious 7 (Rápidos y Furiosos 7, en México) se convirtió en algo más allá que una secuela más después de la trágica muerte del co-protagonista y poster boy de la franquicia, Paul Walker. La filmación de Furious 7 fue atrasada y la historia reconfigurada para poder retirar al icónico personaje de Brian O’Conner de la manera que merecía. A partir de ahí, muchos nos preguntamos si la serie de películas iba a continuar, ya que la séptima entrada hubiera sido un excelente desenlace.
Ya todos sabemos que Fast & Furious continúa con renovados caballos de fuerza y combustible de sobra, incluso anunciando los planes que involucran llegar hasta 10 películas. Ésta octava entrega, The Fate of the Furious sigue con el eje rector que se ha ido estableciendo en las últimas películas: la familia, pero aquí intenta girarlo de cabeza.

Dominic Toretto (Vin Diesel) y su pareja de años, Letty Ortiz (Michelle Rodríguez) disfrutan de su luna de miel en Cuba, donde la película inicia regresando a sus raíces con una divertida carrera contra un bocón y desechable antagonista que involucra motocicletas usadas como proyectiles, manejar un auto en llamas, entre otras cosas. Rápidamente conocemos al más nuevo e intimidante villano, la bella Cipher (Charlize Theron), una ciberterrorista invisible para cualquier autoridad. Cipher recluta forzosamente a Toretto para que sea su aliado en una serie de increíbles tareas cuya finalidad tiene que ver con ojivas nucleares, secuestrar los intereses de potencias mundiales y vaya que mucho, mucho más. En este proceso, Dominic Toretto tendrá que traicionar sus ideales y sobre todo, a su familia.
Como muchos fans de esta franquicia, tenía un precavido escepticismo acerca de una nueva entrada de Fast & Furious, una nueva entrada sin Paul Walker. Pero rápidamente cualquier duda es disipada, al ver y sentir que la película emana la misma confianza en sí misma que siempre y nos muestra el espectáculo absurdo y entretenido que esperamos. El director que toma las riendas del proyecto es el experimentado F. Gary Gray, quién ya tiene músculo ejercitado en cintas de acción y persecuciones automovilísticas con The Italian Job (La Estafa Maestra, en México) en el 2003 e incluso trabajó con Vin Diesel en el mismo año en el drama de acción A Man Apart (Un Hombre Diferente, en México).
La dinámica de esta más reciente entrada cambia un poco, ya que la historia separa a Toretto del resto de su equipo y comparte la mayoría de sus escenas con una de las caras nuevas en la serie, Charlize Theron. A veces los intercambios entre ellos dos se vuelven cansinos ya que limitan a Vin Diesel a estar con el ceño fruncido y balbuceando amenazas la mayoría del metraje, pero Theron es sutilmente sexy e intimidante sin intentarlo demasiado, esto le da un aire auténtico y natural a su personaje que fue todo un acierto. The Fate of the Furious trae de regreso y con fuerte protagonismo a Dwayne Johnson, una fuerza imparable de carisma que carga mucho de la película en sus hombros. Jason Statham regresa en su villanesco papel, aunque no es sorpresa para nadie el saber que aquí cambia de bando con “los buenos”, sus escenas con Johnson son de los puntos cómicos más efectivos de la película. Es imposible mencionar a todo el elenco, pero tanto Tyrese Gibson, Ludacris, Nathalie Emmanuel, Kurt Russell y claro, Michelle Rodríguez, todos tienen su oportunidad para brillar. Nuevas adiciones al elenco que incluyen a Scott Eastwood como un novato agente federal y a Kristofer Hivju como el matón estrella de la despiadada Cipher, también tuvieron su momento en los reflectores.

Sinceramente se siente la ausencia de Paul Walker, pero The Fate of the Furious hizo lo correcto en  hacer referencia su personaje sin notarse forzoso y le rinde tributo de una manera muy interesante que va unida junto a una de las sorpresas importantes de la película. Esta película es un parteaguas para la franquicia, porque solidifica un nuevo punto de partida, expandiendo su mitología (¿Puedo llamarle así?) y trazando un nuevo camino para el futuro. Como toda extensa serie cinematográfica exitosa, Fast & Furious tiene sus detractores; sí tiene escenas de acción absurdas que desafían las leyes de la física, pero creo que ya estando en la película número ocho los que aceptamos eso seguimos a bordo y los que no, pues ¿Ya dejaron de verlas hace mucho, no?

The Fate of the Furious es grande, es épica, es ridícula, es absurda, se le pasa la mano con la comedia de vez en vez, pero claro que sí es entretenida; si sigues esta franquicia desde el principio ésta película te va a encantar. Si no, al menos te hará pasar un par de horas entretenidísimas, que es mucho más de lo que se puede decir de muchas otras cintas de “acción”.