No podría decir que me considero
fan de la franquicia cinematográfica de Resident
Evil, pero recuerdo bien cuando la primera película me enamoró por allá por
épocas del año 2002, primeramente por
ser la primera película de zombies
que me tocó ver en la pantalla grande. Antes de que este concepto secuestrara
el género del terror y la cultura pop
hasta la fecha. También, en retrospectiva, la primera entrada, titulada en México,
Resident Evil: El Huésped Maldito es
la mejor y la que más disfruto de todas.
Ahora, después de 4 secuelas
consecuentes, llegamos a la muy publicitada conclusión
de la historia. Resident Evil: The Final
Chapter (Resident Evil: Capítulo Final,
en México) sin duda el primer gran estreno del 2017 es la prometida finalización
de la larga y tediosa historia de Alice, el personaje central interpretado por
Milla Jovovich, que cabe mencionar, fue creado para la pantalla por su esposo,
el guionista, eventual director, productor y en genera la fuerza creativa detrás de las películas de Resident Evil, Paul W.S. Anderson.
Los juegos de video, fuente
origina de materia para estas cintas cuentan con una rica variedad de historias
y conceptos que van desde lo espeluznante, hasta lo explosivo e inesperado,
pero ya todos sabemos que en las películas se ha usado o adaptado virtualmente nada de todo este valioso contenido. Estos
títulos se han ido corroyendo cada vez más y más en set pieces ridículos, actuaciones pésimas, personajes unidimensionales
y guiones ineptos. La franquicia de Resident
Evil es como si Hollywood emulara las películas malas de ciencia ficción de
los 80s, pero sin los efectos prácticos, ni el encanto con el que brillaban
esas joyas de la época de oro del VHS.
Resident Evil: The Final Chapter nos sitúa en un Washington D.C.
post-apocalíptico donde Alice (Milla
Jovovich) reaparece de los escombros para inmediatamente después
protagonizar una escena de acción huyendo de una bestia gigante de CGI que ha decir verdad, parece que se
escapó de una de las películas de Lord of
the Rings. Alice rápidamente es contactada por la Red Queen, la inteligencia artificial omnipresente personificada por
una niña con acento británico que controla toda la infraestructura de Umbrella Corporation; en un raro giro de
lealtades le detalla lo que tiene que hacer para salvar al mundo y derrotar al
maligno imperio de Umbrella. Alice
emprende su camino de regreso a donde inició todo, el laboratorio subterráneo
conocido como The Hive, con la
promesa de que Red Queen le explicará
el porqué de este extraño acto de autosabotaje
que acaba de cometer. Sin olvidar, que el siniestro Dr. Alexander Isaacs (Iain Glen) renovado y mejorado después
de haber sido despachado en la tercera entrada, regresa para detener a Alice y
a su banda de heroicos rebeldes con los que predeciblemente se enredará para
llevar a cabo su misión.
No tengo nada en contra del
entretenimiento vacío, manufacturado y plástico emanado da manera sistemática por
la maquinaria Hollywoodense, pero las películas de Resident Evil son de los ejemplos más exagerados y rimbombantes de este
estereotipo, poniendo en el mismo saco a la franquicia de Transformers (una
basada en un videojuego, la otra en una línea de juguetes). El guion corre como
maratonista hacia su meta presentándonos en el camino a diversos personajes
interpretados por William Levy, Ruby Rose, entre otros, que no son nada
más que recipientes vacíos, calcomanías, fotografías en un promocional; también
por supuesto nos reencontramos con Claire Redfield, interpretada de nuevo por Ali Larter, que se ve más aburrida que
nosotros. El único que se ve que se está divirtiendo es nuestro querídisimo Iain Glen, reconocido por su papel en la
serie televisiva Game of Thrones, su
villano exageradamente ruin, el Dr. Isaacs devora sus escenas, convirtiéndose en lo más
atractivo e hipnotizante de la película.
Milla Jovovich hace lo suyo, una vez más dejándonos a la audiencia echar a andar la mente con el ¿Qué pudo ser? Ya que Jovovich tiene (o tenía) el potencial para cimentarse como una estrella de acción trascendental, truncado en todo momento por el grillete de ser eternamente Alice en Resident Evil y sus interminables secuelas.
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