Esperaba mucho la oportunidad de
ver la película en la cual me enfoco en esta reseña: Split (Fragmentado, en México)
es el esfuerzo más reciente del afamado (¿o infame?) cineasta M. Night Shyamalan.
Cuando mencionamos su nombre, al menos entre personas que conozcan un poco de
cine, parece que siempre salen a colación los fracasos de este director, más que el peso de sus aciertos. En mi opinión muy personal,
las películas por las que M. Night Shyamalan fue aclamado son muchísimo más importantes
y memorables que las cosas que no gustaron tanto a la audiencia. Obviamente, el
ejemplo primario es The Sixth Sense (El Sexto Sentido, 1999) una historia de fantasmas que se volvió un
ícono de la cultura pop y un éxito de
taquilla aclamado por audiencias y críticos por igual. Aprovechando el ímpetu
de éxito, Shyamalan nos trajo un año después, una colaboración de nueva cuenta
con el actor, Bruce Willis; Unbreakable
(El Protegido, 2000) un thriller que se aleja un tanto del
género del terror para traernos un enfoque a un subgénero que en aquel entonces
iba tomando fuerza y hoy en día reina con las audiencias en cine y televisión,
pero explicar exactamente a lo que me refiero sería faltarle el respeto a los
misterios de esa gran película. En el 2002, Signs
(Señales, en México) nos aterrorizó
con una historia de una invasión extraterrestre vista a través de los ojos de
una familia viviendo en una granja en Pennsylvania. El toque mágico de
Shyamalan, y su habilidad para jalarnos la alfombra debajo de nuestros pies con
sus famosos twists o giros
argumentales empezó a flaquear para muchos con el lanzamiento de The Village (La Aldea, 2004). En lo personal yo disfruté mucho esa película, su
primera historia de época que se quedaba en el ámbito del terror y lo
sobrenatural.
Posteriormente, Shyamalan sufrió
una serie de fracasos de taquilla y con las críticas, al lanzar proyectos como Lady in the Water (La Dama en el Agua, 2006), The
Happening (El Fin de los Tiempos,
2008) entre otros; películas que no pudieron mantener el nivel de expectativa
que las audiencias tenían de él. Sus cintas criticadas, para mí han sido al
menos propuestas ambiciosas e
interesantes. Muchas veces al estar tan endiosados con las adaptaciones,
los remakes, las secuelas, olvidamos
el poder que tienen las ideas originales. Shyamalan es uno de los directores
más interesantes trabajando en Hollywood en las últimas dos décadas, y eso es
algo que creo que todos podemos aceptar.
Después de tomar las riendas de un proyecto mucho más pequeño, Shyamalan
recuperó un poco de credibilidad con The
Visit (Los Huéspedes, 2015) un found footage que cuenta una historia de
terror que parece ser como un Goosebumps
from Hell, y lo digo como algo positivo.
Tanto preámbulo nos deja aquí,
con Split, la nueva propuesta de
género de M. Night Shyamalan, que al parecer está siendo aceptada por
audiencias y críticos. ¿Qué opiné yo?
Split trata de un misterioso hombre (James McAvoy) que secuestra a tres chicas adolescentes y las
mantiene aisladas por razones desconocidas. Pronto se revela que este hombre padece
de un desorden mental que le causa tener múltiples personalidades. Casey (Anya Taylor-Joy) una de las chicas
cautivas es, al parecer, la única que entiende que algo más siniestro está esperándolas,
ya que todas las múltiples personalidades de este hombre parecen coincidir que
algo más peligroso está por llegar.
Los desordenes mentales, al menos
en Hollywood siempre se tratan como algo a lo que hay que temerle, o en su defecto, algo que otorga habilidades
casi sobrenaturales, creo que Split
logra hacer una sinergia interesante con estas dos nociones. Una de las fortalezas más obvias de esta película, y en
general de la filmografía de M. Night Shyamalan, son los personajes, siempre
tienen una sensibilidad, un aire a realismo, carisma; claro siempre de la mano
con el correcto ojo que tiene para elegir a los actores que interpretan sus
roles. En este caso, Anya Taylor-Joy, un talento a punto de explotar, funciona
como la víctima que tiene un trasfondo personal que tiene que ver con la
historia principal. ¿Y qué decir de James McAvoy? Logra dibujar varios
personajes, varias personalidades que muchas veces vemos aparecer en pantalla
una muy cerca de la otra y logra darles a cada una su acento, sus manerismos,
sus gestos. Sin duda, este jugoso papel habría sido una fácil “sí” para muchos
actores talentosos pero me alegra que James McAvoy haya explorado su lado
siniestro en esta película.
La película de Split me puso en conflicto,
porque sentí que no la aprecie como debería, ¿Por qué? Pues M. Night Shyamalan
nos ha “malacostrumbrado” como audiencias a sus sorprendentes giros
argumentales, esas vueltas de tuerca que reconfiguran todo lo que creíamos que estábamos
viendo. Con Split, estuve
inconscientemente esperando ese momento, esa escena donde se reinventara todo lo
que estaba viendo, pero nunca llegó, la película terminó siendo más o menos lo
que yo ya me imaginaba, lo que ya
esperaba. Eso no significa que no sea una historia entretenida o buena, pero yo
aún esperaba ese momento clásico Shyamalan.
Me sentía un poco insatisfecho
mientras aparentemente la película estaba a punto de terminarse, e instantes
antes de que la pantalla se oscureciera Shyamalan se sacó de la manga una
especie de escena post-créditos que, aceptando
que no nos brindó un giro argumental sorprendente como en The Sixth Sense, sí nos brindó una sorpresa interesante, y vaya la
redundancia, muy inesperada, una recompensa a esas personas que hemos visto y
recordamos sus películas, una suerte de promesa
que esperemos se pueda cumplir. No es un regreso triunfal de Shyamalan al tipo
de cine con el que inició su carrera, pero Split
es una propuesta que no debe de pasar desapercibida.