9 de diciembre de 2013

Cinema Review - The Last Days on Mars (2013)

"I don't know what it is but, it's definitely alive".

Nunca es mal momento para una buena película de terror/ciencia ficción, una combinación de géneros que en particular disfruto mucho, y también creo que es una combinación de géneros que siempre tiene mucho potencial a no funcionar. Por cada Alien (Alien: El Octavo Pasajero, 1979) o The Thing (La Cosa del Otro Mundo, 1982) hay 5 o más The Tommyknockers (Los Tommyknockers, 1993). Debo confesar, que The Last Days on Mars me ha encontrado desprevenido, a lo que me refiero es que, no sabía de su existencia, hasta que me topé con su tráiler en línea. Digo, es algo positivo a veces ese factor sorpresa; inmediatamente me llamó la atención la película y cuando tuve la oportunidad de echarle un vistazo, lo hice. El filme es el primer largometraje del irlandés Ruari Robinson, y aunque tiene un elenco con un par de caras reconocibles, de alguna manera, me aventuro a decir que pasó por debajo del radar de muchos aficionados del género. La película es basada en una historia corta llamada The Animators escrita por Sydney J. Bounds, y el guión corre a cargo de Clive Dawson, cuyo trabajo se ha limitado a episodios de televisión en series de no muy alto perfil. El talento creativo detrás de la película deja mucho que desear, ya que podría decirse que son primerizos en éste tipo de proyectos, pero siempre es bueno dar la oportunidad, en especial cuando, al menos el tráiler, pinta bien. Digo yo, ¿no?

En un futuro no especificado, la película nos sitúa a escasas 19 horas de que acaben los 6 meses de estadía de una misión en el planeta Marte. Una tripulación de astronautas de varias naciones, comandados por el capitán Charles Brunel (Elias Koteas) que incluye al ingeniero en sistemas, y héroe-por-default, Vince Campbell (Liev Schrieber), a la terca científica, Kim Aldrich (Olivia Williams), entre otros; están a punto de irse, cuando uno de ellos hace un monumental descubrimiento, vida bacteriana en Marte. Antes de que cualquiera pueda celebrar el suceso, esta bacteria alienígena revela su naturaleza destructiva, infectando a la tripulación, matándolos, y posteriormente, resucitándolos como una especie de zombies espaciales con ningún otro objetivo más que destrozar a todo ser vivo a toda costa.

El cine nos ha enseñado que las exploraciones al planeta Marte nunca salen del todo bien, o nunca traen resultados positivos. Podemos revisar la historia comenzando con dos películas bastante mediocres lanzadas el mismo año, que son con las que el filme en cuestión más comparte similitudes: Red Planet (Planeta Rojo, 2000) y Mission to Mars (Misión a Marte, 2000) éste último, sin duda, uno de los tropiezos más feos de Brian De Palma; dos ejemplos de como las misiones al planeta rojo no terminan bien, por más buenas intenciones que se tengan. Podemos recordar también, en una liga diferente, el show de terror serie B dirigido por John Carpenter, Ghosts of Mars (Fantasmas de Marte, 2001) como una película subestimada que a fin de cuentas dejó un buen sabor de boca, y se aprecia más con el paso del tiempo, o inclusive hasta el hit de culto del genial, Paul Verhoeven, Total Recall (El Vengador del Futuro, 1990). El hombre ha estado explorando cinematográficamente al planeta Marte desde los años 50s, y la verdad, The Last Days of Mars no la agrega nada nuevo al panorama. La película desarrolla su trama rápidamente, sin importarle mucho conocer a sus personajes, y lo que empieza o se pinta como una película de misión en el espacio de corte más existencial tal vez, rápidamente se disuelve a un desmadre de elementos que no tienen mucha coherencia unos con otros. Digo, me encanta el terror ramplón y violento, pero The Last Days of Mars no hace nada para sustentarlo, y no es particularmente divertido. La película me hizo sentir a momentos, como que estaba viendo una especie de versión de bajo presupuesto de Prometheus (Prometeo, 2012) en el peor de los aspectos, claro. Veámoslo así, en un momento estamos presenciando las dinámicas de un grupo de personajes, hasta cierto punto auténticos, que discuten el significado de su estadía en Marte, y en otro momento no muy alejado vemos como el primer, llamémosle space zombie, ataca a una víctima con un taladro. La película tiene serios problemas de identidad, y el director Ruari Robinson al parecer, no supo decidir que avenida tomar.

Si algo bueno puedo decir de la película, es que el talentoso elenco ayuda a vendernos este crudo concepto y hace mucho más tolerable toda la historia. Liev Schrieber, siempre es un placer ver para mi, aquí hace un papel competente como el stock hero, Elias Koteas también siempre agracia la pantalla con una ambigua naturaleza y genuinidad. Romola Garai y Olivia Williams dan contrapeso femenino, sólido y bien actuado. Vaya, que desperdicio de elenco, en un concepto tan poco cocinado.

The Last Days on Mars no es lo peor que hayas visto, ni en el terror, ni en la ciencia ficción, y tampoco en las películas de misión a Marte, sino que tenía los elementos y herramientas para ser algo más allá de una manchón rojo de terror apestoso a las peores modas cinematográficas del Y2K. Tal vez, elevé mis expectativas más de lo debido, no sé, los fans del terror y la ciencia ficción quizá no estén del todo decepcionados, es un ejercicio corto, en veces tenso, y bien actuado; la lástima es esa cruz que carga un sinnúmero de películas: que pudo ser mucho más

3 de diciembre de 2013

Cinema Review - Captain Phillips (2013)


"I am the captain now."  

Es difícil resistir la tentación de ver, lo que pinta como un buen thriller. Me encantan las películas que me mantienen al borde de mi asiento, aunque suene cliché la frase y para muchos puede sonar lógico, pero he conocido personas que no les gusta ir al cine a sufrir o a comerse las uñas. A mi me gusta experimentar cualquier sensación o emoción que me de una película que me interesa, que llama mi atención, y definitivamente, Captain Phillips (Capitán Phillips, 2013) es una película que llamaba mucho mi atención. Recuerdo haber oído en aquel entonces, del suceso ocurrido en abril del 2009, no presté mucha atención, y no debió extrañarme que se convirtiera en una película de Hollywood, como digo, no le puse mucha atención a los detalles, pero recuerdo el hecho de que había piratas involucrados. El verdadero Capitán Richard Phillips escribió un libro llamado A Captain’s Duty: Somali Pirates, Navy SEALS and Dangerous Days at the Sea que contaba su increíble historia de sobrevivencia cuando una banda de piratas somalís abordaron el barco comercial que dirigía, y poco después de que el libro fue lanzado, Columbia Pictures ya era dueña de los derechos. Así, con el actor Tom Hanks en el papel titular, y el audaz director Paul Greengrass a la cabeza del proyecto se dio ésta película, que en mi opinión, sin tener una historia muy ambiciosa, ni ningún tipo de trasfondo que va más allá de contar una historia tensa, atrapante y de manufactura de calidad, es una de las mejores del año.

El filme recuenta los hechos reales que ocurrieron en el año 2009. El Capitán Richard Phillips (Tom Hanks) lidera el Maersk Alabama, un masivo barco contenedor estadounidense que lleva 17 mil toneladas métricas de cargamento, incluyendo provisiones para las regiones más afectas en África. En su ruta hacia Kenya, cuatro piratas somalís, comandados por Abduwali Muse (Barkhad Abdi) abordan el barco buscando pedir un jugoso rescate millonario por su cargamento y tripulación. Aparentemente sin ayuda inmediata en camino, el Capitán Phillips debe pensar rápido y lograr de alguna manera despachar a los impredecibles piratas, y mantener a salvo el barco y su tripulación.
Hablemos un poco del cineasta Paul Greengrass; que tiene un excelente sentido para transmitir peligro y realismo en la pantalla. Esto lo digo juzgando por el trabajo de él que me ha tocado ver; como son las dos mejores entradas en la franquicia Bourne, The Bourne Supremacy (La Supremacía Bourne, 2004) y The Bourne Ultimatum (Bourne: El Ultimátum, 2007) además del genial thriller bélico, Green Zone (La Ciudad de las Tormentas, 2010). En estas tres obras protagonizadas por un excelente Matt Damon, Greengrass maneja la cámara y la narrativa casi como un documental, close ups fríos y una cámara a veces temblorosa que te da la sensación a momentos, de que un camarógrafo está ahí, en la historia, en medio de toda la acción, dándole ese, pues, documentary style. Desafortunadamente, en el momento que escribo esto, no he tenido la oportunidad de ver su muy celebrada United 93 (Vuelo 93, 2006) pero seguramente luego lo haré. Es una habilidad envidable la de Greengrass, de siempre manejar un excelente ritmo para el suspenso, el peligro, además de hacer que todo se sienta tan orgánico, tan real, sin quitarte le experiencia cinemática, la experiencia de aventura y entretenimiento. Es por eso, que sus películas funcionan en varios niveles; aunque son altamente entretenidas, también las voltean a ver los snobs, y los que usualmente no aprecian la maquinaria Hollywoodense. Por eso, la franquicia Bourne, es de las favoritas de los cinéfilos intelectuales, que no se sienten avergonzados por decir que les gusta, ya que porta un caché especial, de lo que a veces no se dan cuenta, es que también puede ser la franquicia favorita de Juan Pérez espectador-eventual-de-cine. Así son las películas de Greengrass, atrapan a todas las audiencias.

Captain Phillips es un ejercicio excelente en irle subiendo poco a poco al nivel de intensidad, como ir girando la perilla de la estufa cada vez más y más agregándole más y más fuego a la tetera, hasta que en un momento, hervirá súbitamente.  Además de la fría y reveladora cámara de Greengrass, las actuaciones cargan el peso de una historia sencilla que se eleva a un épico de sobrevivencia que se lleva a cabo solo en un par de días. Sabemos que Tom Hanks, eleva todo lo que toca, un actor fenomenal, que además de tener eso, talento actoral, tiene una autenticidad de everyman que le da extra legitimidad a papeles como éste. Sobra decir que Hanks, casi por sí solo, pone en movimiento toda la carga dramática del filme, desde el escalador inicio hasta el frenético y emocional desenlace. Los actores que interpretan a su tripulación son caras conocidas en pequeños papeles de reparto de aquí y de allá pero funcionan como un pequeño ensamble que se siente auténtico y efectivo. Los piratas somalís, son interpretados por nativos reales de ese país, todos primeros actores,  y todos fantásticos y naturales en sus papeles. Barkhad Abdi, que ha sido notado más que sus compañeros, es porque él interpreta al líder de la banda de piratas, además de que él mantiene la relación más estrecha con el personaje principal y podríamos decir, es el antagonista clave de la película. Abdi tuvo más exposición, pero sus tres compañeros fueron igual de sólidos, al mismo tiempo que el resto del elenco de reparto.

Se le podría acusar a Captain Phillips que cae en los caminos ya marcados, Hollywoodenses de ondear la banderita, y pregonar que nadie le gana a los honorables y valientes Estados Unidos, pero creo que Paul Greengrass (siendo inglés, por cierto) tiene una sensibilidad que va más allá de eso, más allá de las caricaturas patrióticas de Michael Bay, o Roland Emmerich (alemán, también por cierto) y elevan la película a algo más. A todos nos emociona y nos gusta una buena historia de sobrevivencia, de triunfo ante la cruel adversidad, y buenas historias ha habido; de antaño, como Alive (¡Viven!, 1993) y más recientes, The Grey (Un Día Para Sobrevivir, 2012). Captain Phillips es un cóctel que contiene las correctas medidas de drama, suspenso, emoción y hasta un poco de acción en una combinación potente, una de las cintas más atrapantes que he visto en bastante tiempo, y sin duda de las mejores del año. Me da aún más interés en ver que nos tiene Greengrass para el futuro.